domingo, 17 de abril de 2011

Del amor al odio hay 5 personalidades

El tema conmigo siempre fue que puedo tener ideas diametralmente opuestas y
aún así estar en equilibrio conmigo misma. Puedo pensar que tal cosa es una
degeneración y al mismo tiempo darle una vuelta de tuerca y madurar que quizás no es
tan malo. Así, puedo tener sentimientos opuestos respecto de personas, actividades y
opiniones. Me cuesta mucho definirme. Supongo que a todos nos cuesta. Tengo
razonable envidia a aquellas personas que tienen las cosas tan transparentemente
claras… me provocan envidia y un poco de rechazo. Y me suena “aburrido” tener todo
tan claro.
¡Ahí lo tienen! Casi sin querer, un despejadísimo ejemplo de lo que decía
precedentemente: empecé diciendo que tenía envidia de quienes pensaban claramente y
terminé escribiendo que me resultaban aburridos y prefería quedarme en mi estado de
confusión permanente. Nunca me decido.
Conmigo siempre todo es una sorpresa. Yo me atrapo diciendo que me gustan
cosas que jamás probé, o que nunca se me hubiera ocurrido probar. Me encuentro
haciendo cosas que nunca se me hubieran cruzado por la cabeza. Me miento, me engaño
y creo mis personajes. Nunca fui diagnosticada con desorden de personalidad… pero
creo que eso fue un regalo de navidad de los médicos que me atendieron. Si no tengo
desordenes de personalidad entonces abran las puertas del Borda y dejen a todos mis
pares ser felices. Seriamente y aunque suene gracioso: tener varias personalidades te
saca airosa de muchas situaciones dramáticas. Soy varias personas a la vez y varias
personas que piensan muy diferente. Aún así, eso no me genera conflicto. No me
contradigo: pienso diferente dependiendo de muchos factores. Todas mis personalidades
conviven silenciosamente adentro mío y esperan su turno para salir. ¿De qué depende?
¿Cómo saben cuál de ellas tiene que salir? Bueno, ellas sí tienen las ideas claras y saben
que cada situación merece una personalidad diferente, que se adecue, se amolde a las
circunstancias vigentes.

Abzhurda, Cielo Latini.