viernes, 14 de septiembre de 2012

¿Cómo podía la gente hacer esto, tragarse todos sus miedos y confiar en otra persona sin reservas, con todas sus imperfecciones y sus miedos, con menos que el compromiso total que Edward me había ofrecido? Si no fuese él quien estuviera ahí fuera, si no fuese consciente hasta la última célula de mi cuerpo de que me amaba tanto como yo a él, de forma incondicional le irrevocable y, siendo sincera, incluso de modo irracional, no sería capaz de levantarme del suelo.